La creciente ola de inseguridad y extorsión en Ayacucho ha desatado un intenso debate sobre las medidas a tomar, y el presidente de la Cámara Regional de Turismo, Alejandro Mancilla, expresó su firme rechazo a los paros y protestas como forma de presión ante estos problemas. Según Mancilla, las huelgas y bloqueos solo empeorarían la situación económica y social de la región, que ya enfrenta serias dificultades.
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“Con los bloqueos y paralizaciones solo conseguimos ahuyentar a los pocos turistas que aún visitan Ayacucho. Además, se afectan directamente a los comerciantes locales, que ya están luchando por sobrevivir tras los efectos de la pandemia”, explicó el presidente de la Cámara de Turismo.
Este rechazo surge en un contexto donde el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (Fredepa) evalúa la posibilidad de convocar un paro tras el reciente enfrentamiento entre obreros de construcción civil, en medio de la controversia por la obra del estadio Cumaná. El paro busca presionar a las autoridades para que intensifiquen la lucha contra la criminalidad, aunque los dirigentes de Fredepa han señalado que la decisión final se tomará de manera consensuada para evitar perjuicios a la población.
Mancilla señaló que, aunque la inseguridad es un problema grave que afecta a todos los sectores, los paros no son la solución:
“El daño que ocasionan es directo a la economía de quienes viven del día a día. Necesitamos ser escuchados, pero sin paralizar la ciudad”.
La postura de Mancilla refleja la preocupación de muchos sectores económicos que temen que, ante la falta de medidas efectivas de seguridad, los paros y bloqueos solo terminen dañando aún más la frágil recuperación económica de Ayacucho.
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