Así como hay sumas que restan en política, del mismo modo, hay cambios, que en lugar de solucionar problemas los pueden agravar. Este es el caso de la renuncia irrevocable del gerente municipal y el nombramiento de su asesor legal, en su reemplazo.
Uno de los problemas que llevaron al anterior gerente a presentar su renuncia, fue un memorándum, a través del cual, el asesor legal, hoy gerente municipal, transgredía el Reglamento de Organización y Funciones de la Municipalidad de Huamanga y transfería las funciones de la subgerencia de acondicionamiento territorial y catastro a la subgerencia de edificaciones.
Este cambio abría las posibilidades para que los invasores de terrenos en zonas declaradas intangibles y de alto riesgo, reciban certificados de posesión, lo que lleva a dos actos irregulares: alterar el ROF y poner en riesgo la vida de las personas ante amenazas de aluviones, deslizamientos o huaycos.
Hay zonas en Ayacucho, como el Cerro de La Picota, que no es apta para la construcción de viviendas. Las profundas cárcavas que existen son, justamente evidencias de grandes deslizamientos en las temporadas de lluvia y la cantidad de barro, lodo y arena que era arrastrada a la ciudad de Ayacucho.
La tragedia que sucedió en diciembre de 2009, parece que nadie recuerda. Se realizaron trabajos de alcantarillado para que la ciudad no sea inundada, pero a la vez se declaró el cerro La Picota, en la parte que no estaba habitada, como zona de alto riesgo y por lo tanto intangible, para que sea reforestada con especies nativas y evitar nuevas tragedias.
Parece que el alcalde desconoce este problema, y menos el asesor legal. El proyecto de protección a la ciudad de Ayacucho, consta de tres etapas. La primera, por ser la más urgente, era la de dotar de alcantarillado pluvial a las calles de la ciudad, trabajo que se ha cumplido.
La segunda etapa, es consolidar las zonas que se han poblado. Esto significa un plan de construcción de viviendas, que garanticen estabilidad de las mismas, rutas de acceso y dotación de servicios básicos.
La tercera etapa, es la declaración de intangibles las zonas no pobladas para el 2009. Toda invasión posterior no debe ser reconocida y menos se les debe entregar títulos de propiedad, salvo que se quiera modificar edictos municipales y otras normas que se dieron para evitar tragedias como la de diciembre de 2009. Pero, esto no es función del asesor legal ahora gerente, sino debe ser un acuerdo del Consejo Municipal, es decir de los regidores y el alcalde.