“Mujercitas”: una visión feminista

OPINIÓN
Lizbeth Quispe Dipaz
“Mujercitas”: una visión feminista
La escritora estadounidense, Louisa May Alcott, cautivó a más de una generación con Mujercitas (1868), una obra que sigue en vigencia después de más de 150 años desde su publicación y en la cual se puede apreciar las primeras muestras del
feminismo tal y como lo expresó Simone de Beauvoir, ícono feminista del siglo XX, quien dijo estar representada con una de los personajes (Jo) de este clásico. Cabe mencionar que el libro posee una segunda parte bajo el título de, Aquellas mujercitas (1869), esto se da luego de la gran acogida del primer libro. Sin embargo, en esta reseña nos detendremos en el primero.
Mujercitas, de narrativa simple y sencilla toca temas importantes y profundos y está lejos de ser un libro escueto, pues en ella se entrevé los valores, la madurez personal, la importancia de la familia, la aceptación, el reconocimiento de los errores de uno mismo y la lucha por superar las vicisitudes de la vida, con los cuales se abre paso a la realización de la mujer a pesar del papel tradicional de la época.
La novela gira entorno a la familia March, en concreto en las cuatro hermanas adolescentes criadas únicamente por la madre, ya que el padre se encuentra ausente debido a la guerra. Cada una posee virtudes, defectos, miedos y anhelos que hacen que cualquier lector se identifique con más de una. Cada capítulo narra las vivencias de las March y a su vez llama a la reflexión debido a las moralejas que se aprecia en sus páginas. Los cuatro personajes son complejas y carismáticas, representan muy bien los arquetipos propios de las sociedades, así tenemos a Margaret o Meg, la hermana mayor que representa a la mujer tradicional (ama de casa); Josephine o Jo, es quien rompe con el rol común de la mujer, porque sus modales, sus anhelos y rebeldía la alejan de los cánones tradicionales del siglo XIX, con ella se muestra los indicios del feminismo(visionaria que no espera casarse ni depender de nadie); Elizabeth o Beth, es una dulce y tímida jovencita y por último se encuentra Amy, la pequeña impulsiva. Las actividades que cada una desarrolla van desde la pintura, la música, la literatura y la costura. Además, las pruebas de la propia cotidianeidad dan pie a que las protagonistas enfrenten sus defectos con mucho esfuerzo y ello sirve de inspiración a quien lo lea.
Su contexto se enmarca en la Guerra Civil que tuvo lugar Estados Unidos en 1861 y 1865, en aquel suceso las mujeres e hijos despedían a sus esposos y padres, quedando ellas como responsables de las riendas económicas del hogar (como pasa con la familia March). De esta manera se muestra el rol que tuvo la imagen femenina en una época tradicional y conservadora. Además, se describe el ambiente cultural y social estadounidense de los años 1800.
Sin duda, es una lectura realista y bastante fácil de leer, nos lleva a la mera reflexión de nuestros actos, comportamientos y que los valores sociales (bondad, amor y solidaridad) son tan importantes como la propia vida en el desarrollo de cada persona y es menester de cada quién reforzarlos o no.
Un libro… Una historia