Racismo y marginación se mantiene en pie

OPINIÓN
Mario Zenitagoya B.
Racismo y marginación se mantiene en pie
La discriminación racial es uno de los mayores problemas de nuestra sociedad, pues impide que las relaciones entre peruanos y peruanas se den de forma horizontal y sobre la base del respeto a la diferencia y la diversidad. En ese sentido, la discriminación profundiza la pobreza y la exclusión social de unos contra otros, e impide la real construcción de una cultura de paz y un desarrollo basado en la igualdad.
La discriminación étnico- racial es, hoy en día, un problema que afecta gravemente a la sociedad peruana pues acentúa un contexto de desintegración nacional. La construcción de un imaginario social centrado en la exacerbación de la superioridad de determinadas identidades físicas, étnicas, modelos culturales y estéticos ha generado el rechazo de parte de ciertos sectores sociales de aquellos que son considerados como diferentes e inferiores a un paradigma establecido. Las manifestaciones de esta discriminación dentro de la colectividad son frecuentes y se encuentran presentes en los diversos ámbitos de nuestra sociedad, generando que la discriminación sea percibida como un modo natural de descartar a determinadas personas.
A pesar de los esfuerzos legislativos e institucionales realizados para luchar contra este problema, en el Perú existen muy pocos procedimientos administrativos o judiciales iniciados por motivos de discriminación racial. Ello debido a que, la discriminación racial en el Perú tiene características particulares como la dificultad para ubicar claramente a discriminados y discriminadores o la interiorización de la discriminación por sus propias víctimas, así como la presencia de una discriminación generalizada, “de todos contra todos”
Otra dificultad que existe en el Perú es que las personas no denuncian haber sido objeto de discriminación étnica o racial. Esta situación se puede deber a diversos factores vinculados con la vergüenza de denunciar tales hechos, la negación y normalización del racismo, el desconocimiento de los mecanismos de denuncia, la percepción de las autoridades con temor y desconfianza; y la ausencia de una cultura de intolerancia o de sanción social frente a la discriminación. Adicionalmente a esta situación, la obtención de pruebas para demostrar la existencia de actos discriminatorios resulta ser complicada.
Diversas investigaciones sociales realizadas en el Perú han señalado consistentemente la relación entre la discriminación étnico- racial y la exclusión social. Este tipo de discriminación sería la causa de la mayor pobreza y exclusión de los indígenas y nativos peruanos, y también de la situación de desventaja de los afrodescendientes.
Los mapas de pobreza señalan que la exclusión social se concentra en los centros poblados y distritos en donde existen porcentajes más elevados de población indígena, nativa y campesina. Así mismo el 75 % de las víctimas del conflicto armado eran quechua-hablantes o hablaban algún idioma nativo En promedio, estos sectores, tienen menos niveles educativos, acceden a puestos de trabajo menos calificados o se ocupan en actividades económicas de baja productividad, tienen menor acceso a servicios públicos o programas sociales, o cuando los tienen son de menor calidad (como educación o salud). Ser pobre y tener bajo nivel de servicios públicos e infraestructura sería un resultado de la discriminación.
El abogado Eduardo Gamarra manifiesta que estos días de protesta o desborde social en el país “hay mucha polarización en Perú y una de las dimensiones de esa polarización es la étnica, con un sur y una sierra medio olvidados. Y otro factor importantísimo es la desigualdad. La pobreza se concentra en los sectores indígenas y en el sur. Ese sur sintió un empoderamiento con la llegada de Pedro Castillo y ahora siente que reclaman derechos legítimos. Pero el problema más dramático es que no tiene un vehículo institucional para expresarse”.
En estos tiempos de crisis política y una movilización de poblaciones del interior del país, exigiendo la renuncia de la presidente Dina Boluarte, el cierre del Congreso y nuevas elecciones es el colofón que se venía frente a un centralismo representado por gobernantes de turno que casi nunca se preocuparon en la situación estructural del Perú, de los pueblos abandonados sin presencia del Estado y al originarse la crisis política, esta venía acompañada de racismo, de marginación. La muestra del “gran abismo social del Perú” fue señalado por el gran historiador Jorge Basadre. Hecho que no comprende la mal denominada “clase política”, abanderada por la DBA.
Modificado por última vez en Viernes, 03/02/2023