Cerámica decorativa y utilitaria para todos
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08/07/2019
En medio de un paisaje hipnotizador de la naturaleza, con suntuosas montañas, entre el trinar de las aves, justo en la frontera de Ayacucho con Huancavelica, cruzando el majestuoso río Mantaro por el antiguo puente de Allccomachay, se encuentra el lugar donde las manos en combinación con la arcilla crean hermosas obras de arte.
Allí se ubica el taller de cerámica “Tinkuy” centro de desarrollo artesanal, donde empieza la magia del “arte con las manos”. Su exponente Luis Javier Laynes Cuadros, quién viene realizando trabajos en arcilla desde hace más de 11 años.
Sus productos
Los productos que crea Laynes Cuadros, son variados, de distintos tamaños y formas. Entre sus creaciones podemos encontrar utensilios domésticos como: tazas, vasijas, jarrones, floreros, platos, saleros, ajiceros, azucareros, entre otros objetos utilitarios.
Tanto es su destreza, habilidad y perfección en este arte, que en la elaboración no necesita moldes, él se guía de su creatividad y eso se puede constatar en el acabado tan perfecto de sus trabajos, como si fuera realizado a base de máquinas o moldes.
Los diseños son personalizados para poder complacer al gusto más exigente.
Proceso
Este lugar es propicio para encontrar su materia: “la arcilla”, pieza fundamental que se requiere para elaborar sus obras de arte. Una vez obtenida se inicia el proceso de elaboración, como primer paso se crea la masilla, esta masa se empieza a batir para luego ser colada en mallas aceradas.
Continúa el proceso de decantación, donde se obtiene una masa limpia de impurezas. En este paso se tiene que esperar de cinco a siete días, para tener un bloque de masa fina, se guarda en plásticos que mantengan la humedad, de ahí se saca la masa suave y elástica para la creación de la cerámica.
La arcilla pasa a ser moldeado en el torno de alfarero, ahí con un poco de agua se da la forma que desea el cliente, tomando los detalles más variados e inescrupulosos, también se añade algunas figuras o dibujos como el colibrí, la flor de la retama, las líneas de nazca.
Una vez secada por completo la cerámica, se le pasa por dentro un esmalte de color blanco, producto importado, este se diluye en agua para pintar el interior de la cerámica.
Se lleva al horno a una temperatura promedio de 1070 grados, para su cocción y el esmalte se convierte en vidrio, dándoles un mejor acabado al producto, después de sacar del horno se procede con el pintado de la cerámica los colores cálidos como verde, amarillo, rojo, blanco y negro, son los más usados.
Finalmente, para tener un producto de calidad se pone un imprimante a la cerámica, permitiendo que no se deshaga la arcilla y así el agua no penetre después de su uso.
Todo este procedimiento de elaboración de la cerámica demora alrededor de cinco días.
Luis Javier Laynes en estos 11 años de su trabajo llegó a realizar 2 millones de piezas de cerámica, aproximadamente. Él busca que su trabajo se despliegue a más lugares y poder contar con más recursos, para hacer de este arte un negocio rentable.