El Pleno del Congreso de la República aprobó en primera votación el dictamen que busca restituir la inmunidad parlamentaria, una figura eliminada en 2020 tras amplias críticas ciudadanas. Esta decisión deberá ser ratificada en una segunda votación durante la próxima legislatura para que entre en vigencia con la instalación del Congreso bicameral en 2026.
El presidente de la Comisión de Constitución, Fernando Rospigliosi, sostuvo que la iniciativa no representa un privilegio individual, sino una herramienta para proteger la función legislativa de presiones externas. Según indicó, es necesaria para garantizar la autonomía parlamentaria y el equilibrio de poderes.
No obstante, el dictamen ha generado rechazo en sectores opositores. La congresista Ruth Luque advirtió que la medida podría convertirse en un escudo frente a investigaciones por eventuales actos ilícitos. Además, cuestionó que incluso en casos de flagrancia se exija la autorización del Congreso para proceder judicialmente, lo cual –señaló– debilita la lucha contra la corrupción.
Si bien el proyecto incluye restricciones, como no cubrir delitos cometidos antes de asumir el cargo ni beneficiar a congresistas actuales, la introducción de mecanismos como el “silencio positivo” no disipa del todo las preocupaciones sobre un posible retroceso en materia de control y transparencia institucional.
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