Como se van a desarrollar las cosas, conforme todos saben, hay un grupo de la derecha peruana más recalcitrante e intolerante que se llaman demócratas pero que no saben respetar la voluntad popular que los ha sentenciado una vez más a ser la oposición y no el oficialismo.
Ese grupo de políticos que se nutre de buenas fuentes de financiamiento de las empresas que tienen interés en que algunas políticas del gobierno no prosperen o mantener el status quo económico.
Son quienes desde el proceso electoral han promovido la teoría del fraude en mesa y luego la deslegitimación del gobierno, y tras ello, ahora la incapacidad moral del Presidente de la República.
Es decir, no había ni siquiera el presidente ceñidose la banda presidencial y ya había planes para impedir que asuma y en caso eso fracase de promover su vacancia.
Y eso ahora se hace evidente, dado que desde el primer día, los incitadores del golpe de Estado no hicieron más que hacer inviable este gobierno.
Al final, la historia es el mejor juez de estos hechos, porque aunque prospere la vacancia del presidente Castillo y se inaugure un nuevo mandato a cargo de la vicepresidente Dina Boluarte.
Viviremos solo tres meses de luna de miel entre el Congreso de la Republica y el nuevo gobierno, luego del cual se retomaran las hostilidades, porque su objetivo no es el bienestar del país, sino captura el poder.
Han probado con el defenestrado Manuel Merino, que cuando, no se puede llegar al poder por la vía de los votos populares, se puede conseguir sentarse en el sillón de Pizarro por el camino de los votos de la vacancia presidencial.
Y la Presidente del Congreso, va esperar su turno con una paciencia inquieta hasta que las denuncias y cuestionamientos a la Presidenta Boluarte, la lleve a renunciar o ser vacada por este mismo Congreso, que no entiende que no se le eligió para ser gobierno sino para legislar a favor de los intereses nacionales.
En ese momento cuando todo este consumado, y ellos surjan a la postre como la salvación con María del Carmen Alva Prieto, investida como presidenta, entenderemos que no hemos aprendido nada.
La derecha parece que aprende de las lecciones pasadas, bloqueando las facultades presidenciales de disolución del Congreso, pero lo que no será capaz de bloquear es la indignación nacional.
En esas circunstancias, el pueblo peruano se alzará otra vez en protesta frente a un gobierno ilegitimo que buscara reprimirlo, lo vejaran y lo martirizaran, lo apresaran y lo mataran pero no podrán callarlo.
Son al final del séptimo día cuando el humo de los gases lacrimógenos se hallan disipado y las cadáveres de los héroes regados yacen sin culpables y la sangre de los heridos pinten el emblema nacional, los golpistas habrán sido vencidos y nuevamente inauguraremos otro ciclo de esperanza. Esperando que esta vez hayamos aprendido algo al fin.