Un país paralizado y una mandataria desvariando| Editorial

Un país paralizado y una mandataria desvariando
El Perú atraviesa su peor crisis en lo que va del siglo. Y podemos afirmar, que es quizás más grave que la generada por Sendero Luminoso, cuya cúpula al ser detenida, acabó con los atentados contra las instituciones públicas y los asesinatos selectivos.
Hoy no hay una cúpula que la dirige y las expresiones de los ciudadanos que recorren las calles de Lima y de las principales ciudades no van armados, como afirman como siempre los diarios al servicio de la oligarquía peruana, van con sus pancartas y su voz para pedir la renuncia de la presidenta, la convocatoria inmediata a elecciones con el agregado de una consulta, via referéndum, si se elige una asamblea constituyente.
No están pidiendo una nueva constitución en este momento. Están pidiendo que el pueblo apruebe o rechace la constitución actual y elija una asamblea constituyente, que el Jurado Nacional de elecciones, fijara la modalidad que garantice la participación ciudadana.
Pero esto no sucede. Y es que la propuesta de la Comisión de Constitución presidido por el fujimorista “Nano” Guerra García y hecho suya por la presidente Dina Boluarte no responde a las demandas del pueblo y un sector por tanto está en contra, a lo que se suman, un grupo de derecha que quiere quedarse hasta el 2026.
La única salida, y ya debiera haberlo entendido la señora presidenta del país, es su renuncia. Se ha convertido con su terquedad y su ansia de poder, en un estorbo para que se alcance la tranquilidad del país. Se lo han pedido de mil maneras, desde marchas por la calle, hasta altos dignatarios del clero. Pero ella no escucha.
No lleve al país al precipicio señora Boluarte. No haga las cosas más difíciles. La economía del país esta semiparalizada, las carreteras bloqueadas. Ya no sólo son los “indios” “cholos” “negros” “ignorantes”, como dicen los medios concentrados capitalinos, los que piden que se vaya.
Ha esta demanda se han sumado los ciudadanos que viven en los conos de Lima, donde viven los migrantes que han llegado a esta ciudad de ilusiones, por el centralismo desmedido de Lima. Son miles que sienten, que es su terquedad de no renunciar la causa de toda esta crisis y no los “vándalos” como dicen los diarios controlados por el monopolio de El Comercio.
De un paso al costado. No mande a la policía a que dispare a la cabeza a los manifestantes, para lograr que se asusten y regresen a los pueblos de donde proceden. No ordene que ingresen con tanquetas a las universidades públicas para detener estudiantes. No use al ejército, que no estamos en guerra, para que disparen como en Ayacucho, a todo lo que se movía.
Modificado por última vez en Lunes, 06/02/2023