> Rubén Quispe Ventura, prefecto regional de Ayacucho.
Zuelid Hualverde
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El prefecto regional de Ayacucho, Rubén Quispe Ventura, reconoció la mala organización y excesos que se cometieron durante el feriado largo por Semana Santa, que se desarrolló tras dos años de pandemia por Covid.
“La responsabilidad es de todos, de las autoridades y la población. El tema de limpieza pública no solo recae en los gobiernos locales, sino en la ciudadanía en general”, detalló.
Además, señaló que aún falta consolidar el tema de limpieza e higiene en las calles. En cuanto al excesivo consumo de bebidas alcohólicas, mencionó que este problema escapa de la voluntad y esfuerzo de las autoridades.
“Lamentablemente, en lugar que sea una semana de recogimiento y fe, parece que a los jóvenes los hubieran soltado de las cárceles por la forma en cómo se divirtieron”, explicó.
En otro momento, dio a conocer que no se puede desmerecer el trabajo que realizaron los agentes de la Policía Nacional, personal de serenazgo, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público.
“Pese a todo lo ocurrido en los días festivos, no se reportó un hecho lamentable y eso es gracias a la labor que realizaron las fuerzas del orden”, dijo Quispe Ventura.
“Son situaciones que se deben evaluar y que permiten ir aprendiendo de los aciertos y errores que se tuvo. La autocrítica es para todos y no solo para una autoridad en específico”, subrayó el prefecto sobre los cuestionamientos que surgieron por los excesos.
Agregó que las autoridades tienen que evaluar para que estas actividades se realicen en otro lugar que no sea la Plaza Mayor de Ayacucho, y que cuente con todos los servicios necesarios, teniendo en cuenta que cada año la situación se vuelve incontrolable por la masiva llegada de visitantes. En relación al consumo de alcohol, precisó que este problema va más allá de la Semana Santa y aseguró que debe ser abordado desde la misma familia y no solo echar la culpa a las autoridades. Acotó que los restaurantes y hoteles también superaron su capacidad, pero que pese a ello cobraron montos exorbitantes que en cierta medida afecta a la promoción del turismo.
Según cifras no oficiales, durante la Semana Santa a la región de Ayacucho arribaron más de 30 mil turistas, quienes se desplazaron a boro de buses interprovinciales, vehículos particulares e informales.