La inseguridad en las carreteras sigue siendo un problema constante debido a la presencia de delincuentes que asaltan los principales corredores viales de la región.
Una vez más, en la ruta hacia el Vraem, sujetos fuertemente armados interceptaron un vehículo marca Toyota, con placa W3E-071, que fue encontrado abandonado en el sector de Ccollana, distrito de Luricocha, Huanta. Según informes recientes, el vehículo, un Yaris Hatchback color plomo, presentaba un impacto de bala en el techo, tras haber sido asaltado en la zona de Culluchaca, con dirección al Vraem.
Los delincuentes aprovecharon el momento oportuno para cometer el atraco, despojaron a las víctimas de sus objetos de valor bajo amenazas de muerte y luego huyeron con rumbo desconocido.
Un incidente similar ocurrió en la carretera Ayacucho-Huancayo, donde trabajadores del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) fueron víctimas de un asalto a mano armada. Los ocupantes de la camioneta regresaban al distrito de Cosme, en Churcampa, Huancavelica, tras realizar trabajos de campo.
Las autoridades policiales encontraron a Víctor Cárdenas (50), Katherine Arango (27) y José Luis Alzamora (42) atados de manos y temblando de frío. La Policía informó que cerca del distrito de Anco, Huancavelica, los delincuentes los interceptaron y les robaron sus celulares y dinero en efectivo. De milagro, un cuarto ocupante logró escapar y alertar de lo sucedido.
En respuesta, los agentes de las comisarías de Acobamba, Anco y Mayocc se movilizaron, logrando detener a uno de los presuntos implicados en el asalto. Se trata de Nicanor Inga Fernández (43), quien conducía una camioneta con placa V7Z-915. Se sospecha que este individuo fue quien trasladó a los delincuentes.
Durante la intervención, Inga Fernández mostró nerviosismo, y entre sus pertenencias se encontraron dos celulares y un radiocomunicador. Mientras tanto, los trabajadores del MTC fueron rescatados en Mayocc, Huanta.
Fuentes cercanas indicaron que los responsables de estos asaltos serían delincuentes habituales, y que son pocas las personas que se atreven a denunciarlos por temor a represalias.
