Los bajos salarios de los profesores de las universidades públicas, se ha ido deteriorando en las últimas décadas, si comparamos el ingreso promedio de un profesor en la década de los sesenta y los primeros cinco años de los setenta, con sus salarios actuales.
Continúa la huelga de docentes por lo que la UNSCH pide la compresión de los estudiantes
Desde que se aprobó la ley universitaria 23733, los profesores de las universidades públicas a nivel nacional, vienen reclamando el pago de un salario justo, que les permita su capacitación permanente, el acceso a información actualizada en la especialidad que desempeñan y condiciones de vida que mejoren su rendimiento profesional.
Esto será posible solo si se cumple el artículo 53 de esa ley, que dispone: “Las remuneraciones de los Profesores de las Universidades públicas se homologan con las correspondientes a las de los Magistrados Judiciales. Los Profesores tienen derecho a percibir, además de sus sueldos básicos, las remuneraciones complementarias establecidas por ley cualquiera sea su denominación. La del Profesor Regular no puede ser inferior a la del Juez de Primera Instancia.”
La desatención de las autoridades a las demandas de los profesores ha sido una constante en los últimos 40 años, desde la promulgación de la ley 23733, y ha ocasionado continuas y prolongadas huelgas nacionales en las universidades públicas, afectando la formación de los estudiantes y la capacitación y actualización de los profesores.
Mejores salarios es una demanda que no debe ser una exigencia sólo de los profesores sindicalizados, sino del claustro universitario. Las maniobras de algunas autoridades universitarias, en contra de los justos reclamos del profesorado, no hace sino dejar en evidencia, la poca empatía de quienes ejercen cargos de gobierno sin la capacidad y consecuencia con la labor universitaria.
También debe interesar a los estudiantes universitarios. Sueldo a los profesores hará atractiva la docencia universitaria, de manera que busquen la docencia los mejores graduados de las universidades, y de manera especial, exista expectativas de ser docente en las universidades de provincias, donde es posible y justificables, que los centros superiores tengan profesores a dedicación exclusiva.
Una comunidad universitaria cohesionada, donde los profesores, columna vertebral del claustro; los estudiantes, la razón de ser de la universidad; y, con el apoyo del personal administrativo, hace de la universidad un foco de irradiación de conocimiento científico, así como una proyección a favor del desarrollo social.
Esto tiene que plasmarse en un trabajo conjunto de los miembros de la comunidad universitaria, y se manifiesta, justamente en los momentos críticos, como los de ahora, con una huelga nacional indefinida que ya llega a su cuarta semana de paralización.