La ciudad de Artiómovsk pasó a estar bajo control total de las fuerzas rusas el pasado 20 de mayo después de 224 días de difíciles batallas. Artiómovsk es una urbe, situada en la República Popular de Donetsk, se había convertido en escenario de algunos de los combates más largos e intensos del operativo ruso en Ucrania. La ciudad fue fundada a finales del siglo XVI con el nombre de Bajmut.
En 1924 fue renombrada como Artiómovsk en honor al revolucionario bolchevique ruso Fiódor Serguéiev, al que se conocía como Artiom. A principios de marzo, el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, resaltó la importancia estratégica de la ciudad. “Esta ciudad es un importante centro de defensa de las tropas ucranianas en Donbass. Su control permitirá a los militares rusos realizar nuevas acciones ofensivas profundamente en la defensa de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, subrayó entonces.
Pero aun así, “Rusia no debe ganar esta guerra” fue la afirmación inicial de los Estados Unidos, entonces podía sonar retórica, pero ahora se va desvelando que es la consigna que sustenta la entrega progresiva de armamento a quienes mandan en Ucrania y mandan a morir a un pueblo con un nivel de renta per cápita de los más bajos en Europa, al que le vendrían mejor unos zapatos de cuero que unas botas militares; la construcción de algún hospital y escuela y no la entrega de tanques. “Hasta el último ucraniano”.
Pobres desgraciados, a los que alistan para la destrucción y la muerte por un pedazo de tierra que no lo vale, como no lo vale el matar a sus propios conciudadanos del Donbass. Y ahora los que mandan quieren aviones, para mayor destrucción, y se los proporcionarán, pues de lo que se trata es de que “Rusia no debe ganar esta guerra”, cueste lo que cueste en vidas ucranianas (y rusas, pero a estas no se las menciona)
Esta lógica siniestra, diabólica, creada por los Estados Unidos y sus intereses de potencia imperial que quiere someter a todos, sea por la obediencia ciega del vasallo europeo, sea imponiendo la miseria si no cumplen las sanciones, que tiene a Rusia rodeada de misiles y hace ver a quienes prefieren no mirar de frente, que es Rusia la mala, merecedora del infierno, esa lógica nos conduce a un holocausto.
¿Acaso esto revitalizaría las conciencias? No, como se ha visto en un Japón capaz de acoger al verdugo que les bombardeó con bombas atómicas, destrozando a cientos de miles de japoneses. ¿Nadie se revelará ante el cinismo de Estados Unidos de ni siquiera pedir perdón? Japón ha perdido la dignidad, sus ciudadanos han quedado reducidos a la miseria moral.
Tal es así que el conocido empresario y activista alemán Kim Dotcom ha condenado la semana pasada, el enorme desperdicio de fondos en el conflicto ucraniano comentando la toma de control por parte de Rusia de la ciudad de Artiómovsk (conocida como Bajmut en Ucrania), confirmada el pasado fin de semana.
“En Bajmut, el dueño de un restaurante y 60.000 convictos destruyeron un ejército que la OTAN entrenó durante 9 años. Esto me recuerda a los granjeros en sandalias que echaron a EE.UU. de Afganistán”, escribió Kim Dotcom, con referencia a la empresa militar privada rusa Wagner.
“El Gobierno de EE.UU. gasta un billón de dólares al año en un ejército que no puede ganar nada. ¡Qué despilfarro!”, agregó. Comentando el anuncio del presidente estadounidense Joe Biden sobre un nuevo tramo de asistencia a Ucrania, Kim señaló: “Enviaste más de 150.000 millones de dólares a Ucrania y ni siquiera pudieron retener Bajmut”. “Tu propaganda de guerra fracasó, tus sanciones fracasaron, nadie quiere tu estúpida guerra proxy”, añadió el empresario.
Al informar sobre la toma de Artiómovsk, el fundador del grupo militar privado ruso Wagner, Yevgueni Prigózhin, además de dedicar palabras de agradecimiento a sus combatientes y comandantes del Ejército ruso, se dirigió personalmente al presidente ucraniano y dijo que, “sin sarcasmo”, sus militares “lucharon con valentía y bien”. También instó a Zelenski a “besarle la frente” al presidente estadounidense, Joe Biden, cuando lo vea, y darle recuerdos de su parte.
Contra Rusia no lucha Ucrania sola, está toda la OTAN detrás, con su armamento, con sus satélites, con su personal no sólo adiestrando, sino también apuntando el arma y pidiendo al pobrecito ucraniano que aprete el gatillo, que corra por delante y se enfrente al tanque ruso, que muera con el orgullo maltrecho de estar disparando en una guerra fratricida, matando a su hermano, pariente, amigo, a sus hijos de aquella otra región, el Donbass, y todo por la decadencia del imperio estadounidense.