12.8 C
Ayacucho
lunes, septiembre 29, 2025
spot_img
InicioCOLUMNISTASMasa crítica en política | Opinión

Masa crítica en política | Opinión

Andrés Solari | Palabras de un mudo
prensa@jornada.com.pe

La masa crítica se refiere al punto en el cual se alcanza una cantidad mínima de personas o elementos necesarios para que ocurra un cambio significativo en un sistema o situación. En Sociología, este concepto implica un número suficiente de personas que adoptan una nueva idea o comportamiento, produciendo efectos de cambio rápido y autosostenible.

En términos generales, la masa crítica es la cantidad mínima para generar reacciones en cadena que provoquen un impacto con estrategias de movilización social para influir en la opinión pública (dinámica social) y fortalecer grupos. Tiende a ser una educación masiva: grupos pequeños pueden influir en grupos grandes.

El término “masa crítica” proviene de la Física Nuclear, donde se refiere a la masa más pequeña capaz de tener una reacción o explosión nuclear constante de protones y neutrones. La metáfora de la reacción nuclear también indica el deseo de crecimiento de un país, de sus empresas y de todas las variedades de actividades humanas honestas orientadas al bien común solidario.

El criterio de autosostenibilidad de un país se asocia a la operatividad superior a la masa crítica. Así como los gerentes cuidan y sostienen la autosostenibilidad de sus empresas, los políticos y la ciudadanía deben cuidar y garantizar que el crecimiento de un país sea sostenible y permanente. Esto supone un desafío constante, con misión planificada cada vez más amplia del bienestar común, donde intervienen liderazgos, opinión pública e innovación honesta y eficiente

La masa crítica, además, debe alcanzar visibles rangos de difusión masiva y la adopción de conocimientos mínimos en tecnologías de gobernabilidad. En estos tiempos modernos, las redes sociales —honestamente utilizadas— y el periodismo pedagógico o educativo pueden ayudar mucho más de lo que se está haciendo para extender masas críticas en toda la extensión territorial y demográfica del país.

En el Perú, ineludiblemente los primeros en dar la pauta y el ejemplo debieran ser los gobernantes de turno —nacionales, regionales y locales—. No lo han hecho ni lo están haciendo. No está en sus imaginarios ni en su voluntad política. Cometen el delito de incumplir o violar una legislación descentralista promulgada a partir del 2003, que en su parte correspondiente de participación ciudadana intenta alentar la masa crítica.

Imponga usted este condicionamiento antes de votar por alguien en el 2026. Ojalá la ciudadanía ayacuchana empiece a practicar esta conducta para darle el ejemplo al resto del Perú. Que las discusiones sobre por quién votar en abril y octubre de 2026 se conviertan en Ayacucho en una voz de alerta, para que el cambio deseado se autoamplifique y surjan corrientes políticas pedagógicas a toda escala.

Debemos llegar a los lugares rurales ayacuchanos más lejanos adoptando innovaciones eficaces con una gobernabilidad no discriminatoria y eficiente. Lo dicho aquí puede sonar a pura teoría para algunos lectores, pero deseo recordar que en Sociología y en Política existe la Teoría Crítica, que examina cómo los individuos y la sociedad pueden liberarse de las situaciones negativas que los atan.

Quizás en algún momento la UNSCH pueda distraerse de sus problemas internos, administrativos y privados, así como de sus indiferencias, para difundir y explicar por qué la Teoría Crítica en Ayacucho tiene un rango tan débil que se refleja en una gobernabilidad regional ineficiente y antisolidaria.

La Teoría Crítica, por naturaleza, pretende una racionalidad analítica y crítica. Busca explicaciones y correcciones de las desigualdades en una sociedad. Propone formas racionales y ecuánimes de transformación social positivas. En Ayacucho y sus 11 provincias tenemos ese reto. De lo contrario, nos estamos condenando a seguir limosneando y pactando con sistemas corruptores.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

MÁS POPULAR