Con estas letras, se inicia la versión latinoamericana del himno de la Internacional Socialista. Fue, y todavía sigue siendo la canción que aglutina, indistintamente sean social demócratas, socialistas, comunistas o anarquistas, a todas las organizaciones que han trabajado junto a la clase obrera, en demanda de sus derechos básicos y fundamentales.
Es una historia larga, la Internacional, como se le conoce, y se remonta a la Comuna de París, el primer germen de un gobierno de la clase obrera. El siglo XIX, fue una etapa en que los particos políticos tenían una clara definición de clase. Los burgueses y terratenientes, por un lado, y, el proletariado por el otro. Sin ir muy lejos, la social democracia en España, se llama hasta hoy Partido Socialista Obrero Español.
Este himno de los trabajadores organizados en la Internacional, fue adoptada todavía en 1892, tres años después de la II Internacional, a la que concurrieron los partidos socialistas y socialdemócratas de toda Europa, en la que tuvo un papel protagónico Karl Kautsky, el editor del tercer tomo del Capital, la obra cumbre de Carlos Marx.
Este himno fue entonado en las luchas obreras de Lima en las primeras décadas del siglo XX, especialmente en el gran movimiento por las 8 horas en 1918. Fue la canción que se entonó cuando se fundó la Confederación de Trabajadores del Perú, bajo la dirección de Víctor Raúl Haya de la Torre; y la Confederación General de los Trabajadores del Perú, fundada por José Carlos Mariátegui.
La fuerza de este himno, era el crisol donde convergían todas las tendencias del sindicalismo obrero, orientados por partidos que se calificaban a ellos mismos como de izquierda o progresistas, como los Laboristas en Inglaterra, los socialistas en Francia, Italia; o social demócratas, como en Alemania y los países nórdicos.
Convertido el 1 de mayo en un feriado oficial, un día de descanso, las marchas obreras entonando este himno, prácticamente, ha desaparecido. Las movilizaciones, cuando se organizan, ya no convocan a los miles de obreros, como era hasta la década del setenta, y no sólo en el Perú, sino en muchos países de América Latina y el mundo.
Recuperar la identidad obrera, recordar su condición obrera, que acepten, como dice la canción, que son los esclavos de hoy, permitiría mejorar las condiciones de vida de miles de trabajadores que carecen de todo tipo de derechos y protección laboral.