Desde un primer momento los integrantes de la comisión multisectorial apuntaron a garantizar el orden y el control, principalmente, en la Plaza Mayor de Ayacucho, para lo cual se hizo efectivo la declaratoria de intangibilidad del centro histórico de la ciudad.
En esa línea, la municipalidad de Huamanga tomó una serie de acciones para dar cumplimiento a esta medida, entre ellas la de prohibir la venta y consumo de bebidas alcohólicas en la Plaza Mayor.
A vísperas Sábado de Gloria los miembros del Consejo Provincial de Seguridad Ciudadana (Coprosec) a través de un pronunciamiento, habían anunciado que no permitirían que el parque se convierta en una cantina pública, tal y como ocurría en años anteriores.
Ante ello, apostaron por un trabajo articulado, entre el personal de serenazgo, fiscalizadores y agentes de la Policía Nacional a fin de resguardar las principales calles que conducen a la Plaza Mayor.
El objetivo fue impedir el ingreso de personas que se encontraban bajo los efectos del alcohol y que querían utilizar el parque para ocasionar el caos y el desenfreno.
Toda esta labor hizo que por primera vez la plaza luzca tranquila, en donde se evidenciaba un fervor de religiosidad y de familias que disfrutaban de la Semana Santa.
No obstante, el acuerdo de intangibilidad también fue cuestionada por otro sector de la población, quienes aseguraban que el alcalde de Huamanga, Juan Carlos Arango, tomó una mala decisión por no permitir que los turistas celebren en la Plaza Mayor.
Las proyecciones que dio a conocer el titular de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) Luis Ledesma Estrada, era que Ayacucho iba recibir más de 25 mil visitantes por el feriado largo.
Bajo este escenario, se conoció que la masiva llegada de turistas se comenzó a registrar desde el Miércoles de Encuentro, en la que las calles de la ciudad lucieron repletas de personas y comerciantes. Lo mismo sucedió con el Jueves y Viernes Santo; en tanto, en el Sábado de Gloria la situación se habría salido de control.
Como de costumbre, la informalidad quiso imponerse en esta edición, con la instalación de carpas en la avenida Mariscal Cáceres por parte de las vianderas, las mismas que terminaron siendo reubicadas en el parque María Parado de Bellido.
Lo que sí no pudo evitarse fue la presencia de vendedores que se establecieron en puntos estratégicos de la ciudad, incluso, personas que se dedican a la actividad comercial arribaron desde otros puntos del país para vender sus productos.
LO MALO
El templo y monasterio de Santa Teresa terminó convirtiéndose en una cantina pública, donde decenas de ciudadanos, en su mayoría jóvenes, se concentraron para libar licor.
Sus alrededores terminaron con personas en estado de ebriedad orinando en cualquier lugar. No hubo control de parte de las autoridades, lo cual fue aprovechada para que los asistentes hagan lo que quieren en este patrimonio arquitectónico.
Esta “celebración” desmedida se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Asimismo, se reportaron peleas callejeras y la afectación a las áreas verdes. Ahora lo que muchos se preguntan es quién se hará responsable de todos estos daños ocasionados.
Algo similar sucedió en la Alameda Valdelirios que acabó siendo invadida por los jóvenes. Muchos llevaron sus parlantes y equipos de sonido con el fin de divertirse, mientras que los comerciantes aprovecharon para vender cervezas en lata.
Esta zona de la ciudad acabó llenó de basural y orine, en la que los trabajadores de limpieza pública cumplieron una labor efectiva y sacrificada durante los días festivos.
Ellos fueron los responsables de mantener en todo momento limpio el centro histórico, prolongando sus trabajos hasta altas horas de la madrugada.
PASCUA TORO
Otro de los inconvenientes fue el desarrollo del Pascua Toro que finalmente se realizó en el sector de Quicapata (distrito de Carmen Alto) tras una serie de cuestionamientos por la falta de medidas de seguridad.
Manuel Cavero, miembro de la Asociación de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso (filial Ayacucho) señaló que la municipalidad no había cumplido con implementar el plan de contingencia.
“El municipio no cumplió con los acuerdos pactados para la organización del Pascua Toro, por lo que nuestra institución decidió no realizar este evento, porque la municipalidad pretende responsabilizarnos de la seguridad en la vía pública”, aseveró Manuel, antes de que se diera inicio al recorrido de al menos 8 toros de media casta.
Con relación a este tema, el director de la Dircetur, Luis Ledesma, dijo que como sector siempre se mostraron en contra de esta actividad por poner en riesgo la denominación de patrimonio de la Semana Santa ante el Ministerio de Cultura.
Se sabe que, tras la culminación del Pascua Toro, no se reportaron incidentes lamentables ni de maltrato al animal, pero sí la congestión vehicular fue incontrolable por la instalación de la feria que suele efectuarse en el Sábado de Gloria.