La VII Feria Internacional del Libro de Ayacucho (Filay) no solamente se ha propuesto fomentar el hábito de la lectura en grandes y pequeños, sino también reconocer la trayectoria y los aportes culturales de emblemáticos escritores de la región. Por eso, se ha organizado un tributo a la carrera de Marcial Molina Richter, el autor del poema titulado «Ayacucho hora nona o La Palabra de los Muertos», una obra que ha sido traducida a múltiples idiomas y ha sido objeto de numerosas ediciones.
El Legado Literario de Marcial Molina Richter
Marcial Molina Richter, nacido en Huamanga en 1946, no solo es un poeta destacado, sino también profesor en la Universidad de Huamanga. A lo largo de su carrera, ha publicado varias obras notables, como «Buril de la Memoria o la Partida» en 1982, «Confesiones y Diálogos o la Búsqueda» en 1986, «La Fiesta de la Lira» en 1985 y «Amor entre las Tumbas» en 2005. Sin embargo, su obra más influyente a nivel nacional es «La Palabra de los Muertos o Ayacucho Hora Nona».
Esta obra se adentra en la cruenta guerra interna que sacudió a la nación peruana durante más de una década. Es un canto que relata muertes, desapariciones, heridas, gritos desesperados y feroces enfrentamientos entre el movimiento subversivo y el ejército. Esta narración refleja los estragos que diezmaron a toda una generación.
La esperanza pervive en Ayacucho, y la poesía emerge de manera imperativa y misteriosa, incluso cuando muchos libros fueron objeto de quema, incineración, entierro o arrojo a las aguas del río.
El Enfoque Poético de Marcial Molina Richter
Molina Richter se ha dedicado a plasmar la identidad y la realidad de Ayacucho, una región en Perú. Esta devoción se evidencia de manera prominente en su obra «La Palabra de los Muertos» o «Ayacucho hora nona.» No obstante, este poema presenta un conflicto de identidad en el cual dos perspectivas se enfrentan en un intento por definir la verdad acerca de Ayacucho. Una de ellas pinta un cuadro positivo y utópico de la región, mientras que la otra la describe de manera negativa y desdeñosa.
Ambas perspectivas se caracterizan por ser extremadamente exageradas y emocionales en sus descripciones. Por un lado, la voz positiva retrata a Ayacucho como un paraíso perfecto, mientras que la voz negativa la presenta como un lugar de sufrimiento y muerte. Estas dos visiones extremas provocan que el sujeto lírico, quien representa a Ayacucho, no logre establecer una identidad sólida.
El conflicto se intensifica cuando la voz positiva intenta enfatizar la historia y la identidad de Ayacucho, pero la voz negativa la descalifica, insinuando que Ayacucho carece de historia y que sus habitantes son inferiores. Esto lleva al sujeto lírico a sentirse como un «muerto,» excluido y desprovisto de una historia.
En la segunda parte del poema, el autor se esfuerza por reconciliar estas dos visiones opuestas mediante la creación de una narrativa mítica que entrelaza el pasado ancestral de Ayacucho con su historia más reciente. No obstante, este intento de reconciliación no resuelve el conflicto, y el sujeto lírico continúa luchando por hallar una identidad coherente.
El poema de Marcial Molina Richter explora el conflicto de identidad en Ayacucho a través de dos voces extremas y apasionadas. Estas voces simbolizan la lucha del sujeto lírico por definir su identidad en un lugar marcado por la historia y el sufrimiento.
¿Dónde y cuándo será el homenaje?
El tributo a Marcial Molina Richter se llevará a cabo el miércoles 25 de octubre a las 8pm, y contará con la participación de Atilio Rivera, Carlos Huamán, Urbano Muñoz y Willy Del Pozo. La cita tendrá lugar en la Plaza Mayor de Huamanga.