El viejo orden mundial, cuya decadencia ha sido en un periodo impensado, menor que la duración del “siglo XX” como lo concibió Eric Hobsbawm que duró entre 1914 hasta 1991, con el inicio de la Primera Guerra Mundial y finalizada con la implosión de la Unión Soviética. Fue el mundo bipolar, del equilibrio entre el modelo capitalista existente liderado por Estados Unidos frente al socialismo real en construcción, encabezado por la Unión Soviética, en los países de la Europa oriental, China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba.
Este nuevo orden unipolar parecía nacer pujante con el consenso de Washington, las revoluciones de colores, impulsadas por Estados Unidos con la participación de la unión europea y la OTAN en los países europeos recién “liberados del yugo” comunista de la Unión Soviética, se expandió hacia el África y Asia mediterránea. No estuvo exento de graves conflictos armados, como el generado en la ex Federación de Yugoeslavia, o invasiones a Afganistán, Irak, Siria, Yemen y otros países del África, con el saldo de millones de muertos.
Los pronósticos de Francis Fukuyama, donde concluye que el pensamiento liberal ha demostrado ser la forma de hacia dónde se orienta la sociedad mundial, derrotando en su desarrollo a los modelos autoritarios, como las monarquías, el fascismo y finalmente al comunismo, está completamente superado, ya que recogía como sustento, el modelo ideológico del “destino manifiesto de los Estados Unidos”, cuyos defensores hoy no ocultan que se encuentra en peligro.
En ese sentido Robert Kagan autor de la frase que el Jardín está amenazado por la jungla, que lo repitió el español Josep Borrell, Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, considera que el sistema liberal “nunca fue un fenómeno natural”, sino una “gran aberración histórica”, “una anomalía en la historia de la existencia humana. El orden mundial liberal es frágil y no permanente. Como un jardín, se ve siempre asediado por las fuerzas naturales de la historia, la jungla, cuyas enredaderas y malas hierbas constantemente amenazan con cubrirlo”.
Como se trata de una “creación artificial sujeta a las fuerzas de la inercia geopolítica”, el problema “no es qué derrumbará el orden liberal, sino qué puede sostenerlo”. Y ahí, viene el destino manifiesto de Estados Unidos de luchar contra los ejes del mal, los países que no aceptan este único modelo liberal, que no decline su responsabilidad en capitanear el esfuerzo por preservar el orden mundial liberal. No lo dice directamente, pero se intuye, que, para defender su Jardín, no interesa si en esta defensa desaparece la humanidad.
Ezequiel Bistoletti, en su programa en YouTube, Demoliendo Mitos, al analizar el contexto mundial signado por la guerra en el este europeo, se preocupa por la “estupidez” de los líderes de occidente, en especial del presidente de Estados Unidos, al que compara como un “mono con metralleta”, pero que tiene una caja con un botón rojo, que puede aplastar en cualquier momento y marcar el fin de la humanidad.
La amenaza real de la humanidad, es entonces este el viejo orden mundial, dominado unilateralmente por occidente encabezado por Estados Unidos, que se resiste a morir, frente a un naciente nuevo orden que exige ser multilateral, respetando la soberanía, la cultura y las formas de organización política propias de cada uno de los países y sus particularidades.
La guerra en Europa del Este, donde se enfrentan la Federación Rusa con Ucrania, es parte de esta crisis mundial. No sólo Ucrania se enfrenta a Rusia, sino la OTAN, que participa en esta guerra hibrida, donde ellos ponen las armas y Ucrania los hombres que mueren en los campos de batalla. Es un conflicto preparado y desencadenado en base a los objetivos de Estados Unidos de destruir la Federación Rusa luego de haber logrado la implosión de la Unión Soviética, como lo planteaba Zbigniew Brzezinski, politólogo, miembro del Partido demócrata y asesor del presidente Jimmy Carter.