En una entrevista concedida a un medio nacional, el congresista de Fuerza Popular, Fernando Rospigliosi, lanzó carcajadas cuando el entrevistador le dijo que entre los muertos estaba un menor de edad, que no estaba en ningún enfrentamiento.
Lanzando risotadas, señaló que eso era falso, que el menor era un sicario, un niño sicario. ¿A que menor se refiere Rospigliosi? Al niño de 15 años que fue asesinado cuando retornaba a su vivienda a eso de las 7 de la noche, terminado el trabajo que cumplía en el Cementerio de Ayacucho, donde llevaba agua a los que colocan flores a sus deudos.
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En su afán de limpiar de responsabilidad a los militares que asesinaron a 10 ciudadanos de Ayacucho, indicó que todos, si “todos” habían ingresado y atacado el aeropuerto. A Rospigliosi habría que exigirle que muestre pruebas de esas, cuantos de los 10 muertos cayeron en el edificio del aeropuerto, en la pista de aterrizaje.
Los videos de las cámaras de seguridad del distrito de Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, muestran todo lo contrario a lo que afirma Fernando Rospigliosi. Todos los asesinados estaban en la urbanización Jardín, muchos de ellos retornaban a sus casas del centro de la ciudad, porque vivían en esa zona.
Incluso, uno de los asesinados, era un vecino que salió de su casa para auxiliar a una persona que cayó herido por un disparo, justo al frente de su vivienda. Por salir a dar auxilio a un herido, a él también lo mataron.
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Para Rospigliosi la vida de los peruanos que protestan no tiene ningún valor. Justifica que se haya asesinado a los que participaban en las movilizaciones, porque la policía y el ejército fueron llamados para eso. ¿No fue para restaurar el orden, detener a los manifestantes más agresivos, procesarlos, juzgarlos y meternos a la cárcel? No, de acuerdo al pensamiento de Rospigliosi, está bien que los hayan matado. Esas declaraciones del congresista es una apología a las ejecuciones extrajudiciales, que son delitos de lesa humanidad.
Rospigliosi es ahora un apologista de la violación de los derechos humanos, porque no sólo avala las ejecuciones extrajudiciales cometidas durante el conflicto armado interno, sino las recientes ocurridas en los primeros meses del gobierno de Dina Boluarte. Tener un congresista de esta calaña, es peligroso, porque propone y logra ser aprobadas leyes contra los derechos humanos.
