Frank Tacuri Yupanqui
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Cuando un ciudadano se desplaza por las principales calles de la ciudad de Ayacucho se dará cuenta de la masiva presencia de personas mendigas, incluso, algunos acompañados de menores, exponiéndoles a todo tipo de peligro.
Un reciente caso que conmocionó a la población fue el hallazgo de un feto, de unos 7 meses, dentro de una caja de cartón. Al lado de la criatura estaba una mujer, quien pedía dinero para enterrarlo.
Este hecho se registró el último fin de semana en el cruce de los jirones 28 de Julio con Itana en pleno centro histórico. Las autoridades ya iniciaron con las investigaciones a fin de esclarecer los hechos.
No obstante, el problema de mendicidad en Ayacucho debería ser abordado de manera urgente por las instancias competentes, para evitar este tipo de incidentes.
Los extranjeros, principalmente, venezolanos también se dedican a esta actividad sin ningún tipo de control, en algunos casos aprovechándose de la buena voluntad de ciudadanos que se desplazan por las calles.
DATO: Pese a que la cifra iría en aumento, la mendicidad es ignorada por muchas instituciones, pues hasta el momento ninguna entidad pública ni privada cuenta con cifras reales de cuántos mendigos radican en la ciudad.
En anteriores oportunidades la Policía Nacional advirtió sobre falsos mendigos que pedían limosna en la primera cuadra del jirón Asamblea. Entre ellos figuran dos hermanos, que en complicidad con su madre se dedicaban a engañar a la gente con su supuesta discapacidad.
Además, se ha evidenciado de niños, adolescentes y adultos mayores que solicitan ayuda económica en las calles o avenidas, sin que nadie haga algo al respecto. Esta situación hasta podría representar casos de explotación por el estado de vulnerabilidad en que se encuentran este sector de la población.
Representantes de la sociedad civil organizada afirman que la mendicidad sería una de las ocupaciones más rentables para personas que tienen alguna discapacidad, por lo que muchos lo ven como un “negocio”.
