Rudy Anyosa | Visión Global
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Recordando el famoso discurso de Martín Luter King, allá por 1963, que quería un país basado en valores de igualdad y fraternidad, con respeto a los derechos civiles y las libertades de la comunidad afroamericana de los Estados Unidos, también quiero expresar mis sueños optimistas con un Ayacucho prospero, sin pobreza y con oportunidad para todos.
Este sueño se ha ido moldeando a lo largo de mi vida, épocas donde tuve la oportunidad de estudiar y vivir en muchos países y en pueblos del Perú profundo.
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Sueño con un Ayacucho con justicia social. La peor injustica es que haya miles de ayacuchanos viviendo en situación de pobreza a pesar de los recursos que el Perú tiene. La mejor forma de luchar contra la pobreza es a través de la creación de empleo digno, que lo hace el sector privado, por lo tanto, se debe atraer la inversión privada y para ello se debe crear condiciones para que esa inversión venga. Lo que falta también es la escasez de ideas innovadoras del qué hacer por parte de los que diseñan los proyectos y la política públicas para generar desarrollo.
Sueño con un Ayacucho donde los jóvenes no se vayan a otras ciudades en busca de un futuro mejor. El crecimiento económico, promovida por la inversión privada creará empleo para todos, especialmente para los jóvenes, quienes aportaran con un granito de arena al desarrollo de nuestra tierra.
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Sueño con un Ayacucho donde los emprendedores de negocios tengan la oportunidad y el éxito en la creación y manejo de sus empresas innovadoras, utilizando la tecnología de la información y la inteligencia artificial. Un ambiente pro empresa contagia el espíritu emprendedor a todos.
Sueño con un Ayacucho con trabajadores con empleo y salarios dignos. Es muy triste ver todos los días a cientos de ambulantes que venden de todo, desde gelatinas en vasitos, canchita en bolsa, etc. en la Plaza de Armas de la ciudad. No creo que lo ganan sea suficiente para alimentar a sus hijos.
Sueño con un Ayacucho líder nacional en la exportación de papas nativas y granos altoandinos como la quinua. Ayacucho tiene ventajas comparativas y competitivas en la producción de estos productos por el clima, la calidad de sus suelos, etc. por lo tanto, hay que dedicarnos y sacar provecho de ellos.
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Sueño con un Ayacucho como un destino turístico de primera por su historia, cultura viva, artesanía, fiestas, atractivos turísticos, entre otros, que muy pocas regiones del país los tienen. Después de muchos debates, se ha determinado que el sector turístico es el motor de desarrollo de Ayacucho, entonces, a poner en marcha ese motor para promover el crecimiento y desarrollo económico. El efecto multiplicador del gasto que los turistas realizan beneficia a todos los sectores económicos de un país o una región, beneficia a los agricultores, al artesano, al taxista, al hotelero y a un largo etcétera.
Sueño con un Ayacucho con autoridades que tengan visión de mediano plazo y largo plazo y liderazgo para llevarnos al desarrollo. Un verdadero estadista se proyecta a largo plazo, pensando más allá de su gestión porque las grandes obras que transforman los países y sociedades toman tiempo.
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En cambio, las autoridades mediocres tienen una visión cortoplacista, sin proyección, solo el tiempo que dure su gestión, por ello que los resultados de su trabajo son mediocres e intrascendentes, con nulo poco efecto en la sociedad.
Viendo tanta pobreza, informalidad, sub empleo, salarios de hambre, etc. me pregunto, ¿las autoridades regionales y locales tendrán sueños para ver un Ayacucho prospero o solo tendrán pesadillas?
