El viaje del alcalde de Huamanga Juan Carlos Arango a las ciudades de París, Roma y Fiumicino, para asistir a dos eventos sobre la biosfera, en términos sencillos la relación del hombre con el medio ambiente, tiene la particularidad de que Ayacucho representará al Perú en ambos escenarios.
Esto es importante, porque pone a Ayacucho como una región del Perú, donde el hombre actúa sobre la naturaleza, preservándola a través de actividades culturales y tradiciones heredadas de las culturas originarias.
En Paris, participará en el Programa Internacional del Consejo Coordinar del hombre y la biosfera. En ese evento, recibirá el reconocimiento de la Unesco a Ayacucho como Reserva de la Biosfera.
Es importante señalar, que fue a partir del Club de Roma, en 1970, que recién se tomó consciencia -y cada vez más- del daño causado a la biosfera por la actividad humana, contaminando el aire con dióxido de carbono, deforestando y contaminando la tierra y las aguas, de ríos, lagos y especialmente mares y océanos.
Las Reservas de Biosfera designadas por la Unesco forma parte del Programa sobre el Hombre y la Biosfera y surgió en 1972, luego del Informe del Club de Roma. Una reserva debe cumplir con salvaguardar los ecosistemas y la biodiversidad de la Tierra y preservar las técnicas ecológicas y tradicionales de explotación de los recursos naturales por parte de las poblaciones autóctonas.
La biosfera es el manto que envuelve nuestro planeta, donde vivimos vegetales y animales, gracias a la radiación solar, que es nuestra principal fuente de energía, de la que dependen las interacciones, como la fotosíntesis, para transformar el dióxido carbono en carbono y oxígeno que lo libera al aire, la evaporación del agua de los océanos, que es salada, convertida en lluvia que cae sobre los continentes, convertida en agua dulce, que permite que se reproduzca la vida en los continentes.
Pero también, en Roma y especialmente en Fiumicino, ciudad hermana de Ayacucho desde hace 20 años, participará en el Simposio Internacional de Los Apeninos a los Andes. La preservación de las cabeceras de cuenca y de los glaciares es un problema que debe atenderse en ambas cordilleras.
En el caso de Ayacucho, gran parte de los glaciares han desaparecido, lo que pone en riesgo el abastecimiento de agua a la población urbana, pero también afectará a la agricultura y ganadería.
Lo que hay que esperar, que concluido el viaje, sean buenas las noticias que traiga para Ayacucho, en especial para la provincia de Huamanga.