Frank Tacuri Yupanqui
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De ser uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad de Huanta a convertirse en la guarida de personas de mal vivir. Ahora último una deportista salvó de morir degollada por parte de sujetos desconocidos.
“Salí a trotar como siempre al Cristo Blanco y a la subida antes de llegar a la capilla del cementerio fue interceptada por unos delincuentes, quienes me atacaron con cuchillo, me empujaron al suelo y me golpearon. Estaban a punto de cortarme el cuello”, denunció la joven.
Los más vulnerables son los estudiantes y comerciantes que viven por todo este tramo, por lo que la víctima solicitó a las autoridades a intensificar las labores de patrullaje o por lo menos de instalar un centro de auxilio rápido.
En otro momento, la deportista señaló que casi todos los fines de semana visita el Cristo Blanco junto a otros compañeros. La última vez que lo hizo fue con su amigo, quien para su mala suerte el día en que ocurrieron los hechos se adelantó en trotar, y no pudo ir en su ayuda.
Agregó que los facinerosos se llevaron el poco dinero que tenía y demás objetos de valor. Cuando quiso gritar para pedir auxilio la amenazaron. La lamentó la ferocidad de cómo actúan estas personas.
Ella no descarta que sea la primera ni la última víctima de la inseguridad en este sector de la ciudad; por ello pidió a que se tomen acciones de prevención y de no esperar que todavía suceda un hecho más lamentable.
La agraviada acotó que producto de este ataque se encuentra con descanso médico y que le recetaron una serie de medicamentos. Optó por reservar su identidad para evitar posibles represalias a ella y su familia.
La atleta se atrevió a denunciar públicamente con el objetivo de que más personas no se conviertan en víctimas.
Otro de los cuestionamientos es la falta de mantenimiento del acceso al Cristo Blanco; tampoco existe una cultura ciudadana por parte de los visitantes, quienes por lo general dejan sus residuos sólidos en la calle. Igualmente, sirve como urinario para algunos.
