Hace dos décadas, las agencias de turismo de Ayacucho y las otras actividades relacionadas con esta industria participaron en varios eventos ante la posibilidad de convertir a la región en un producto turístico, poniendo en valor los recursos turísticos existentes en la región.
Ayer se ha celebrado el Dia del Turismo, y en Ayacucho se ha celebrado esta fecha sin la presencia de turistas, lo que demuestra que no tenemos una política de promoción del turismo, y esta es una responsabilidad, no sólo del gobierno central, sino de los otros niveles de gobierno: regional y local.
A esto hay que sumar, que los que brindan servicios turísticos, en sus varias modalidades no han tomado en serio sus responsabilidades para que el turismo sea una actividad sostenida durante todo el año.
El primer obstáculo es convertir a la ciudad de Huamanga o Ayacucho, y no entremos en debates insulsos sobre su nombre. Es una urbe que dentro de 17 años cumplirá los 500 de fundación española. Es una de las pocas ciudades que tiene intacta su plaza mayor, donde se encuentran además los tres símbolos del poder: el político, el judicial y el religioso.
Ni en la plaza mayor de Lima y no hablemos de Arequipa o Trujillo, no tienen en su Plaza Mayor las edificaciones de estos tres poderes, como lo tiene Huamanga, locales que, a la vez, deberían estar siempre abiertos para que los turistas puedan ver y conocer la historia de los mismos.
En esta plaza mayor de Ayacucho también se encuentran cuatro locales de una universidad que tiene más de tres siglos de funcionamiento. La Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga debería ser un lugar de visita de los que llegan a la ciudad a conocer su historia y lo que se requiere es poner en valor dos de sus locales que son emblemáticos: La Casa de Cristóbal de Castilla y Zamora, y la Casa de Diego Ladrón de Guevara.
Las casonas del centro histórico, especialmente aquellas que se encuentran mejor conservadas deberían estar abiertas a los turistas, en horarios previamente establecidos y con guías en su interior, especialmente aquellas que son ocupadas por instituciones financieras.
Los turistas que visitan una ciudad buscan tomar fotografías que permita contemplar la belleza de su Plaza Mayor. Y son los balcones que rodean el corazón de la ciudad el lugar ideal para hacer esas tomas.
Pero los balcones están clausurados, porque las instituciones propietarias no permiten el acceso de los visitantes. Cambiar un poco esta actitud, y darle al turista una acogida agradable, que sabemos permitirá que otros quieran venir a la bella ciudad de Huamanga (o Ayacucho si algunos lo prefieren).