Edgard Bendezú | El Parque de Fabulinka
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Niñuchas: Hoy presento un texto extraído de mi libro en PDF: JUANCHO: CANCIONES, POEMAS Y RELATOS PARA ADOLESCENTES.
MARÍA
Yo un día conocí a una tal María,
quien usaba lentes todos los días,
yo ni caso le hacía a esta tal María,
pero algo sucedió y toda mi vida cambió.
Ocurrió en una clase,
ya hace tres meses,
a pedido del profesor,
leí frente a todos un poema de amor
y al terminar, todos dijeron:
¡Como lee, qué horror!
Y quien la remató,
fue esta tal María,
quien bajito, murmuró:
¡Este chico es guapo,
pero no sabe leer;
seguro que leyendo,
le gana mi hermanito Javier!
Yo sé que en ese instante,
todos se burlaron de mí
y yo por dentro dije: ¡Ya verás María,
me voy a vengar de ti, un día!
Me puse entonces a leer,
a leer como un condenado;
en la sala, el comedor y hasta en el baño.
Y en el cole pues cuando veía a esta tal María,
yo de cólera le miraba y ella, coqueta, me sonreía.
¡Que pesada es esta María!,
me dije yo, uno y otro día,
yo que ni le hablaba
y ella, dale que dale, me sonreía.
Hasta que una mañana,
para mi sorpresa, los anteojos se quitó
y a esta tal María, la encontré divina;
hallé en su carita, purita poesía.
Yo me puse entonces a leer
mucho más todavía;
y no fui el único eh,
mis compañeros del salón,
se volvieron loquitos, opas, soncitos;
y como a María le gustaba leer,
hasta le empezaron a prestar
o a regalar libros, casi todos los días;
eso sí, todos estuvimos de acuerdo que ella,
era del salón la más bella.
…Ahora pues cuando leo,
ya no estoy tartamudeando
y cada vez siento que me estoy enamorando;
esta tal María, perdón, María,
no sé qué es lo que ha hecho,
pero tiene mi corazón deshecho.
Yo sé que a ella, lo que le gusta es leer;
el otro día, dijo: ¡Amigos, leer es un placer!
Yo por dentro dije: ¡Yo voy a seguir leyendo María,
pero para que un día entre mis brazos, te pueda tener!
Ahora en el salón, los profes están sorprendidos,
porque muchos varones
nos hemos vuelto lectores empedernidos;
ayer frente a todos, leí nuevamente un poema de amor
y esta vez, ella risueña, murmuró:
¡Este loquito se está volviendo un buen lector,
voy a pedirle ayuda, porque entre dos, las tareas se resuelven mejor!
Hoy estoy que reviento de emoción,
se me sale el corazón,
la barriga hasta me suena
y sé que no es de hambre… ¡es de amor!
-AMIGA, ¿VAMOS A LA DISCOTECA?
-PRIMERO, ¡VAMOS A LA BIBLIOTECA!
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