Andrés Solari | Palabras de un Mudo
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Son constantes, desde el 2006, los reclamos desde JORNADA para que funcione la promulgada legislación reformista que autoriza inversión pública en la organización y fortalecimiento de espacios participativos de deliberación público/civil. Estos novedosos espacios generan cultura y concertación política en importantes decisiones nacionales y regionales. Fortalecerían la esencia descentralista constitucional de República Unitaria.
No son utópicos ni improvisados. Se basan en legislación vigente, dictadas sensatamente. Perfectibles pero necesarias. Solo falta voluntad política de gobernantes nacionales y regionales, organizaciones políticas, Congresistas, Consejeros Regionales y Gremios Civiles para salir de esta figura anticonstitucional y antipedagógica en que estamos desde el 2003 que hoy luce como asociación ilícita para delinquir contra la Constitución . Figura delictiva que deteriora el criterio de Democracia Representativa y consecuentemente las aspiraciones de toda Sociedad al Bienestar Común.
Alertémonos cuando exclaman ser representantes legítimamente elegidos. Es un dilema que exige serio discernimiento. La comunicación política desdeñosa de la política; la discusión parlamentaria y regional parecen ser actualmente un conglomerado de estrategias y trucos para ganarse planas periodísticas, construir imágenes falsas , cálculos egoistas para la próxima elección o perpetuarse en la impunidad o el poder.
La reiterada negativa oficial nacional y regional al mandato legal de fortalecimiento de espacios participativos es un síntoma de la patología antedicha. Hace necesario un cambio actitudinal ciudadano , un cuestionamiento al actual modelo negativo que prescinde, evita, la comunicación política extensiva con pedagogía política masiva. Esa reforma la busca, desde el 2003, la eludida legislación descentralista arriba aludida. La impunidad se expande. ¿Hasta cuando?. No lo sé.
Depende de la capacidad de indignación y rechazo de los colectivos ciudadanos, de quienes somos denominados como “representados” en esta débil democracia representativa – participativa peruana actual. Está incumplida la legislación que ayuda a producir opinión ciudadana de fuerte impacto incidente, entre ellas la sensatez electoral y la ética. Lo ideal es elegir personas y liderazgos íntegros, solidarios, con historia y militancia de lucha social y conocimientos básicos de estadistas y de política, que hagan resonar su integridad en la ciudadanía y en las instituciones emblemáticas organizadas que aprecien ese ideal.
Los humildes de hoy no por ser humildes deben ausentarse o ser excluidos del propósito y la visión de construir un país progresivamente más justo. Los gobernantes y políticos actuales y sus entornos, en su mayoría, se centran en el miedo, difunden mensajes simplones , populistas, autoritarios y esqueléticos que dificultan planificar cualquier esfuerzo participativo y alianzas visionarias orientadas a prevenir o solucionar crisis sociales, económicas y políticas. En un contexto así , el escepticismo, la desconfianza y la desesperanza siguen inundándonos.
La opinión pública percibe que la clase política tiende indolentemente a priorizar sus peleas y soberbias y no a afrontar problemas troncales. Surge la propaganda barata y vulgar y el mercadeo de la política , se fomenta el personalismo , la vanidad, la improvisación, el cortoplacismo. Se piensa solo para el día a día , a lo más para 5 años. El Congreso, el Ejecutivo y los GRs vienen decidiendo que la Constitución, la ley , la legitimidad y la pedagogía política masiva, el futuro bienestar colectivo son temas que no les interesa . Eso impide construir el gran Proyecto Nacional.
Se posterga o ausenta o elimina, hasta sabe Dios cuando, la verdadera comunicación política extensiva y pedagógica , formadora de cuadros políticos probos y adiestrados que siempre necesitaremos. Aquí tienen los jóvenes estudiantes de Derecho, los aspirantes a Master, Doctorados , los líderes civiles, ciudadanía en general, un tema como reto ético, intelectual y social para desarrollar académicamente a través de las diferentes tecnologías modernas de comunicación masiva. Busquemos el Bien Común basándonos en el Derecho y la Etica.
A cada ley hay que legitimarla con el cumplimiento transparente, eficaz y ejemplar. ¿Estamos dispuestos?. Si no estamos cumpliendo, se supone que entendemos contiene algún defecto, entonces denunciemos esos defectos para su derogación o su perfección. No debemos quedarnos callados.